Un budin, no es un bizcocho. La textura es mucho más densa y melosa, no es esponjoso como el bizcocho. En este caso además, como no lleva huevo, la masa no sube mucho en el molde.
El resultado es una masa más compacta que la del bizcocho, húmeda, llena de manzana, pasas y nueces. Dulce y muy especiada. La casa se inunda de olores tentadores cuando se hornea un budin de manzana y canela.
Ideal para tomar acompañada de un té o un café en una tarde de otoño.
Solo para muy golosos!
Ingredientes:
- 500 ml. de zumo de manzana
- 300 gr. de harina de repostería
- 170 gr. de azúcar
- 150 ml. de aceite de girasol
- 2 manzanas
- 3 cucharadas de miel
- 1 sobre de levadura Royal (16 gr.)
- 1 cucharada sopera de canela
- 1 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de clavo molido
- 150 gr. de pasas sultanas
- 150 gr. de nueces picadas
Elaboración:
- Poner a hervir en una cacerola el zumo de manzana con el aceite, la miel y las pasas.
- Mezclar en un recipiente el azúcar, la canela, el clavo y la nuez moscada. Añadirlo a la cacerola.
- Pelar las manzanas y picarlas a trocitos. Echarlas a la cacerola.
- Hervir el conjunto durante 5 minutos y dejar templar completamente.
- Mezclar en un recipiente la harina, la levadura y las nueces picadas. Añadir el contenido de la cacerola y mezclar con una espátula.
- Volcar la masa en un molde muy engrasado y enharinado. Lo mejor es un molde de bundt-cake con spray antiadherente.
- Meter al horno precalentado a 170º, calor solo abajo, durante 50 minutos.